Hace miles de años, un enorme lago atravesaba el corazón de Botsuana, pero desapareció. Actualmente, los animales caminan donde antes nadaban. Cada año, esta extensión de depósitos de sal es la anfitriona de uno de los últimos espectáculos de África, cuando miles de cebras deambulan por el paisaje esteril en el que ningún agua es permanente.